A muchos les parecerá un tema de risa, para otros, es una dura realidad. En Costa Rica, y principalmente en los casos de divorcio, se están dando varios tipos de violencia de género, esto debido a que las leyes han sido muy mal interpretadas. Por ejemplo, la ley sobre violencia doméstica, ha sido considerada como una ley en contra de la "violencia hacia la mujer", lo cual no está mal, pero que desafortunadamente ha provocado que muchas personas sin escrúpulos aprovechen la situación para sacar ventaja.

La violencia doméstica no se reduce sólo al maltrato físico, este es el caso de muchos padres divorciados, a quienes sus ex-compañeras sentimentales les niegan el derecho de ver a sus hijos, y que con tal de impedir la convivencia entre los menores y su padre, hacen denuncias falsas de agresión, piden aumentos exagerados en las pensiones alimentarias, y sobre todo se aprovechan de la lentitud del sistema legal costarricense para lograr el desarraigo de los hijos, sin tomar en cuenta los daños psicológicos que esto genera en los menores.

Esto se conoce como Síndrome de Alienación Parental, (búsquelo en google) y el año pasado afectó a cientos de papás en nuestro país. Pero la ley tica aún no lo reconoce, por lo que muchos caballeros símplemente están desprotegidos. (Ese es mi caso personal)

El año anterior, de entre las miles denuncias interpuestas por violencia doméstica, solamente al rededor de 30 fueron hechas por hombres agredidos, principalmente debido al miedo a la burla por parte de otras personas. Aunque se sabe que el número de casos reales puede ser hasta 10 veces mayor.

Para ejemplificar, basta con que una mujer se presente en un juzgado y diga que un hombre la agredió, para que automáticamente se le impongan medidas cautelares a dicho hombre, sin siquiera comprobarse si los hechos que se le imputan son ciertos o no. Pero si un caballero llega a denunciar a una dama por algún tipo de amenaza o agresión, tiene que llevar todo tipo de pruebas para siquiera ser escuchado, y vivir una revictimización por parte de quienes se supone deberían brindarles ayuda. Esto no debe ser así.

Por esta razón, un grupo de hombres y mujeres, víctimas y familiares que de una u otra forma han sufrido por estos tipos de agresión, así como de profesionales en distintas áreas, como el derecho y la psicología, están organizando una nueva agrupación, con el fin de dar ayuda a personas que sufren de este mal, y también de hacer un cambio en la legislación costarricense, para detener el desbalance en la ley, que actualmente beneficia en su mayoría a las mujeres y deja completamente desprotegidos a los hombres.

No negamos que existe la violencia hacia la mujer, y que debe ser castigada y prevenida. Pero tampoco podemos negar que actualmente la balanza se ha inclinado peligrosamente hacia uno de los dos géneros, lo cual va en detrimento del término "igualdad real¨.