Monday, September 3, 2012

Saturday, February 4, 2012

Mariposa



Soy una mariposa de amor. Solo quiero volar, ser libre, vivir, desear, disfrutar y regresar a mi lugar aún siendo libre.
 
Hay un pequeño sueño muy lejano dentro de mí, y es poder algún día volver a convivir. Aún siendo ya una vieja mariposa. Quiero demostrarme a mí misma que pude, que lo logré. Una relación sana, agradable.
 
Creo que son la fe y la esperanza, quizá en medidas muy pequeñas las que no han permitido que mi fracaso llegue a ser absoluto.


Sí,  en éste tiempo solo soy una mariposa de amor. Tengo amor, doy amor, dejo amor; pero no tomo ninguno. No lo tomo ni aún por siempre, solamente vivo, vuelo.

Busco un árbol grande y frondoso para reposar y luego cuando me cansa estar ahí, vuelo en busca de uno nuevo.

¿Qué veo? ¿Una roca? ¡Quizá una linda pradera!
Busco el lugar de más agrado, pongo mis patitas sobre él y descanso por un tiempo mis alas.

Pero, llegan las redes...!
Las temerosas redes y creen que su mariposario será el mejor lugar para mí. Me invade el ahogo y siento frustración. ¡Solo quiero salir, déjenme volar!

Antes de hoy preferí el mariposario...Por un tiempo lo necesité; pero ahora, ahora solo deseo la libertad.
Las redes, ellas piensan en mi seguridad, mantienen su pensamiento de que es el mejor lugar, el más seguro para mi eterna existencia. ¿Lo será?

¿Volar? El aire libre es peligroso. La lluvia moja, la nieve congela, el viento devasta y hay peligro de morir sola. Pero la libertad… Ella, se disfruta; por encima de tantas controversias.
En su tiempo; maduras, creces, tus colores brillan más, rejuveneces cada día en tu interior. Sé que en el mariposario hay alimento, quizá de sobra. Quizá una caricia sí, tal vez compañía...
¿Pero, mi libertad...Mi aire puro? ¿Dónde quedan? ¿A dónde se fueron?

Extraño salir y respirar profundo, recibir la mañana abriendo al resplandor mis alas, sin sentir límites en mi vuelo. ¿Qué se hizo mi deliciosa vida?
No veo igual el cielo azul, no distingo la luz del sol, ni aún su calor puede tocar mis alas.

Temo volver al capullo, el cual es imposible de regresar.
Solamente  me queda, gastar mis alas al viento, hasta que ya no pueda volar más. ¿Y ser… una feliz mariposa de amor?


Fuente: Laura Rodriguez