Esta semana tuve la triste oportunidad de ver en programa de televisión nacional, de corte muy feminista, como unas periodistas abordaban el tema de la violencia domestica mal llamada “violencia contra la mujer” al enfocar en el género un profundo problema de nuestras sociedad que va mas allá de género, raza, clase social, etc.
Estas comunicadoras incluso, repetidamente señalaron como el prototipo del agresor es el hombre, promoviendo (quiero creer que por ignorancia) el destrozar aun más, la ya de por si desgastada imagen del hombre en nuestra sociedad. Un acto reprochable, injusto y totalmente irresponsable para los hombres de este país que somos contribuyentes, padres, hijos responsables y amantes de las buenas costumbres, y para con la niñez que son las principales víctimas de las verdades a medias ó la desinformación.
La maldad de esta verdad a medias, es que para un usuario normal y corriente como tú y yo, la parcialidad es algo sobre lo que nos tenemos que mover continuamente. Cuando toda una población es informada por medios que son completamente parciales, y hacen de sus herramientas de comunicación un atril desde el que hacer llegar sus convicciones a sus oídos, esta se convertirá en una simple y llana víctima de la evangelización imperante.
El resultado no es una sociedad informada, si no una acumulación de sujetos que se limitan a pretender adivinar cuanta verdad hay en una noticia y cuanta mentira en otra. Personas que no reciben información pura, gente que tiene la desgracia de vivir en la desinformación.
No nos mintamos más, no permitamos que nos distorsionen la verdad, tenemos la capacidad de entender y defender lo que creemos que es justo, en momentos de tanto desconcierto, de tanta incertidumbre, de tanta desinformación e "imparcialidad" tenemos que tener en mente preservar el estado nacional sin excluir a nadie, continuar en la búsqueda de preservar principios y valores. Por lo tanto arriesguémonos y tomemos partido por lo que creamos que es lo más justo, por los nuestros, por nuestros hijos, por nuestra patria, la historia dará la razón a los que apostaron por la democracia, por la paz, por el amor y la vida, y los sembradores de la discordia del resentimiento acumulado por sus frustraciones terminarán sepultados en su odio.
La verdad, la precisión, la exactitud, la equidistancia en la elección de las fuentes y la moderación en el lenguaje y en el uso de los recursos gráficos serán, siempre, los mejores atributos que un periodista puede incorporar a su trabajo. Si a ello se suma la preocupación estricta por observar otras normas éticas fundamentales -por ejemplo, la que indica que los mensajes comerciales y los mensajes periodísticos no deben estar nunca confundidos ó mezclados ó la que prescribe el respeto a la privacidad y a la intimidad de las personas en aquellas informaciones que no afecten el interés público-, el resultado será la consolidación de un sistema de medios de comunicación libre, confiable, maduro y eficiente.
Señores (as) periodistas por favor utilicen la libertad de expresión para construir no para destruir! Conciliar siempre será más productivo que crear discordia.
Dario Morales
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