Thursday, January 29, 2015

LA IMPERMANENCIA Y LOS CICLOS DE LA VIDA



Hay fases de éxito en que las cosas vienen a ti y se desarrollan, y fases de fracaso en que las cosas se marchitan, se desintegran y tienes que dejarlas ir para que puedan surgir otras nuevas, o para que se produzca la transformación.
Si, llegado a ese punto, te apegas y te resistes, te estás negando a seguir el flujo de la vida, y eso te hará sufrir. La disolución es necesaria para que se produzca un nuevo crecimiento. Ambos aspectos no pueden existir separadamente.
La fase descendente del ciclo es absolutamente esencial para la
realización espiritual. Debes de haber fracasado rotundamente a algún nivel, o haber experimentado una pérdida seria o un dolor, para sentirte atraído por la dimensión espiritual. O quizá el éxito mismo haya perdido significado, quedándose vacío y convirtiéndose en fracaso.
El fracaso reside oculto en cada éxito, y el éxito en cada fracaso. En este mundo, es decir, en el nivel de las formas, todos "fracasamos"
antes o después, y todas las realizaciones acaban convirtiéndose en nada. Todas las formas son impermanentes.
Puedes mantenerte activo y disfrutar manifestando y creando nuevas formas y circunstancias, pero ya no te identificarás con ellas. No las necesitas para tener una identidad. Ellas no son tu vida; sólo son tu situación de vida.
El ciclo tiene una duración variable que va de unas pocas horas a varios años. Hay ciclos largos y ciclos breves dentro de los ciclos largos. Muchas enfermedades se generan por luchar contra las fases de baja energía, que son vitales para la regeneración. La acción compulsiva y la tendencia a extraer la propia autoestima y la identidad de factores externos, como el éxito, es una ilusión inevitable mientras te identifiques con la mente.
Esto hace que no puedas aceptar las fases bajas del ciclo, que no las
dejes ser. Finalmente, la inteligencia del organismo puede adueñarse
de la situación como medida de autoprotección y provocar una enfermedad que te obligue a detenerte para que pueda tener lugar la necesaria regeneración.
En cuanto la mente juzga que un estado o situación es "bueno", le toma apego y se identifica con él, tanto si se trata de una relación como de una posesión, un papel social, un lugar o tu cuerpo físico. La identificación te hace feliz, hace que te sientas bien contigo mismo, y ese estado o situación puede llegar a convertirse en parte de quien eres o de quien crees ser.
Pero nada es duradero en esta dimensión donde la polilla y el orín
consumen. La situación acaba, o cambia, o puede producirse un cambio de polaridad: lo que ayer o el año pasado era bueno, súbita o gradualmente se vuelve malo. La misma situación que antes te hacía feliz, ahora te hace desgraciado. La prosperidad de hoy se convierte en el consumismo vacío de mañana. La boda feliz y la luna de miel se convierten en un doloroso divorcio o en una convivencia infeliz.
O también puede ocurrir que desaparezca una situación y su ausencia te haga infeliz. Cuando el estado o situación con el que la mente se ha identificado cambia o desaparece, ésta no puede aceptarlo. Se apegará al estado que ha desaparecido y se resistirá al cambio. Es casi como si nos cortaran un miembro del cuerpo.
Esto significa que tu felicidad y tu infelicidad son, de hecho, la misma cosa. Sólo las separa la ilusión del tiempo.
NO OFRECER RESISTENCIA A LA VIDA es estar en un estado de gracia, tranquilidad y ligereza, un estado que no depende de que las cosas sean de cierta manera, buenas o malas.
Parece paradójico y, sin embargo, cuando desaparece la dependencia
interna de la forma, la situación general de tu vida, lo que tiene relación con las formas externas, parece mejorar enormemente. Las cosas, las personas o las situaciones que creías necesitar para ser feliz ahora llegan a ti sin esfuerzo ni lucha por tu parte, y eres libre de disfrutarlas y apreciarlas mientras duren.
Todas esas cosas, evidentemente, seguirán teniendo un final, los ciclos irán y vendrán, pero cuando desaparece la dependencia, desaparece también el miedo a la pérdida. La vida fluye con tranquilidad.
La felicidad derivada de una fuente secundaria nunca es muy profunda.
Sólo es un pálido reflejo de la alegría de Ser, de la vibrante paz que encuentras en tu interior cuando entras en el estado de no-resistencia. El Ser te lleva más allá de los opuestos polares de la mente y te libera de la dependencia de la forma. Aunque todo colapsara
y se derrumbara a tu alrededor, en lo profundo de tu núcleo interno seguirías sintiéndote en paz. Puede que no te sintieras feliz, pero al menos estarías en paz.

El poder del Ahora

Saturday, January 24, 2015

Haciendo Dinosaurios



“…De todos los juguetes que existen los que más me gustan son los Legos, porque puedes crear cosas con ellos aunque no tengas un manual. De niño nunca pude tener unos. Sin embargo logré obtener cubitos de madera, parecidos a los que vendían en las pulperías, con ellos tuve la opción de crear juguetes que no tenía. Si quería por ejemplo un dinosaurio  ¡Nada me detenía para lograrlo! Colocaba los bloques que fueran necesarios, le iba dando forma y los pegaba con lo que pudiera y tuviera a mano, hasta con un chicle en algunas ocasiones. 

Muchas personas dependen de un manual para hacer las cosas, no se les ocurre ninguna otra forma para realizar una determinada tarea. Mi manera de pensar siempre fue que si no podía hacerlo de una forma, se puede lograr de cualquier otra, siempre que sepas lo que quieres; lo intentes con todas tus ganas y no te des por vencido. 

En esos tiempos si yo deseaba crear un nuevo juguete, lo intentaba con dedicación; hacía lo que fuese necesario  y ahí estaba mi juguete, esto moldeó mi forma de vivir y de hacer las cosas; desde entonces he seguido haciendo dinosaurios…”

Jonathan Madrigal

27 febrero 2014

Friday, January 23, 2015

El ejemplo de mi Padre


Hace más de 10 años, mi padre sembró un arbolito de guanábana frente a su casa. Hoy se pueden ver sus frutos. Este siempre ha sido su ejemplo: el que siembra recoge para bien ó para mal. ¡Mi padre solo cosas buenas ha sembrado!


Dario Morales

Bendecir


El diccionario describe la palabra «bendecir» como «invocar el favor divino y conferir bienestar o prosperidad», por lo que empieza ahora a invocar el poder de bendecir en tu vida, bendícelo todo y a todos.

Rhonda Byrne

Sunday, January 18, 2015

Trece cosas que las personas mentalmente fuertes no hacen


A menudo oímos consejos como "Piensa en positivo y te pasarán cosas buenas" o "Inténtalo con todas tus fuerzas y al final todo saldrá bien". Aunque tales palabras de sabiduría tienen su mérito, estas sugerencias bienintencionadas no te ayudarán a alcanzar tus objetivos si al mismo tiempo muestras una conducta enfermiza. La clave para crear una fuerza mental consiste en reconocer y sustituir los comportamientos, pensamientos y sentimientos enfermizos que pueden estar saboteando tus mejores esfuerzos.

Trata de comparar la fuerza mental con la fuerza física. Para un gimnasta, es igual de importante mantener su físico con buenos hábitos, por ejemplo yendo al gimnasio, que alejarse de malos hábitos, como la comida basura. Un régimen de ejercicio físico no será efectivo si no se abandonan también los hábitos alimentarios poco saludables.

Del mismo modo, la construcción del músculo mental requiere trabajo duro, dedicación y ejercicio. Además de adoptar hábitos saludables, también es indispensable evitar las conductas nocivas, como los pensamientos negativos, un comportamiento contraproducente y las emociones autodestructivas.

Fortalecer tu mente te ayudará a alcanzar tus objetivos, ya sean convertirte en un padre más paciente o llegar a ser un atleta de élite. Aprende a identificar los obstáculos que sueles encontrar y practica ejercicios que te ayuden a dar lo mejor de ti.

Ahí van 13 cosas que las personas mentalmente fuertes no hacen:

1. Perder el tiempo autocompadeciéndose

La mayoría de los problemas y preocupaciones de la vida son inevitables, pero sentir pena por uno mismo es una elección. Ya sea por la dificultad de llegar a fin de mes o por algún problema de salud inexplicable, la autocompasión no arreglará tus problemas. Si eres propenso a sentir pena por ti mismo cuando las cosas se complican, entrena el cerebro para cambiar la autocompasión por la gratitud. Las personas mentalmente fuertes no malgastan tiempo y energía dándole vueltas al problema. En su lugar, se centran en buscar una solución.

2. Abandonar sus fuerzas

Culpar a otras personas de nuestros problemas y circunstancias puede resultar tentador. Al pensar cosas como "Mi suegra me amarga" o "Mi jefe me hace sentir mal" nos estamos dando por vencidos. Recupera tus fuerzas aceptando toda la responsabilidad de lo que piensas, sientes y haces. Encontrar el poder y la fuerza en uno mismo es un componente esencial para fortalecer la mente y llevar el tipo de vida que quieres.

3. Huir del cambio

Aunque nos sintamos más seguros en nuestra zona de confort, si esquivamos los nuevos retos no podremos llevar una vida plena y enriquecedora. Aprender a reconocer que evitas el cambio por la incomodidad de hacer algo nuevo puede ser el primer paso de un largo camino en busca de una vida mejor. Cuanto más te esfuerces por tolerar las molestias asociadas al cambio -ya sea por empezar un trabajo nuevo o por romper una relación poco sana-, más confiarás en tu capacidad para controlar el futuro.

4. Gastar energía en cosas que no pueden controlar

A veces nos preocupamos por todo. En lugar de concentrarnos en prepararnos para la tormenta, perdemos energía deseando que no llegue. Si invirtiéramos la misma energía en las cosas sobre las que tenemos control, estaríamos mucho mejor preparados para lo que nos depare la vida. Piensa en las veces en que has estado tentado de preocuparte por cosas que no puedes controlar -como las decisiones de otras personas o el comportamiento de tus competidores- y dedica esa energía para hacer algo más productivo.

5. Preocuparse por complacer a los demás

Mucha gente dice: "No me importa lo que piensen los demás", pero a menudo es un mecanismo de defensa para escudarse del daño y el dolor asociados al rechazo. Los complacientes son de todo tipo. A veces se ven de lejos y otras veces tienen demasiado miedo a enfadar a los demás. Hacer y decir cosas que pueden no gustar requiere coraje, pero para llevar una vida auténtica hay que vivir de acuerdo con tus valores, aunque tus elecciones no sean populares.

6. Miedo a correr riesgos calculados

Cada día tomamos decenas (o cientos) de decisiones sin dedicar mucho tiempo a considerar los riesgos que estamos corriendo. Por ejemplo, ponerse casco al montar en bici o meterse en una hipoteca son decisiones basadas en nuestras emociones, no en el nivel de riesgo real. Tomar decisiones basadas en el miedo no es una buena forma de calcular el riesgo. Las emociones a menudo son irracionales y poco fiables. No puedes llegar a ser extraordinario sin correr riesgos, y aprender a calcular bien el riesgo es una forma de tomar mejores decisiones.

7. Vivir en el pasado

Aunque reflexionar sobre el pasado y aprender de él es útil para fortalecer la mente, dar demasiadas vueltas a las cosas puede ser perjudicial. Quedarse en paz con el pasado para poder vivir el presente y planear el futuro puede ser duro, sobre todo si has pasado muchas desgracias, pero es un paso necesario para dar lo mejor de ti.

8. Cometer los mismos errores una y otra vez

Estaría bien aprender de cada error y asegurarnos de que no vuelvan a repetirse. Pero la realidad es que tendemos a cometer los mismos errores. Aprender de ellos requiere humildad y voluntad para buscar nuevas estrategias y ser mejor persona. Las personas mentalmente fuertes no esconden sus errores o buscan excusas, sino que los utilizan como oportunidades para crecer.

9. Molestarse por el éxito de otras personas

Que un compañero consiga un ascenso o que un amigo hable de sus logros puede hacer que sintamos envidia. Aun así, enfadarse por el éxito de otras personas sólo interferirá en tu capacidad para conseguir tus propios logros. Si estás seguro de tus propias posibilidades de éxito, dejarás de envidiar a los demás y te dedicarás a perseguir tus sueños.

10. Rendirse tras una derrota

Es normal sentirse avergonzado, descorazonado y fracasado cuando las cosas no funcionan a la primera. Desde jóvenes, nos enseñan que fracasar es malo, pero es casi imposible lograr el éxito si nunca te equivocas. Las personas mentalmente fuertes ven las derrotas como prueba de que se están esforzando para dar su máximo potencial.

11. Tener miedo a pasar tiempo solo

En el apresurado mundo en el que vivimos, pasar un rato tranquilo a menudo requiere un esfuerzo consciente. Muchas personas evitan el silencio y la soledad porque la falta de actividad les hace sentir incómodos. Sin embargo, el tiempo con uno mismo es esencial para fortalecer la mente. Las personas mentalmente fuertes buscan oportunidades para estar solos con sus pensamientos, reflexionan sobre su progreso y buscan objetivos para el futuro.

12. Sentir que el mundo les debe algo

Es fácil ser consciente de tus derechos. Pero esperar que el mundo -o que la gente- te dé lo que crees que te deben no es una buena estrategia de vida. Si estás ocupado intentando obtener lo que crees que mereces, no te quedará tiempo para ver lo que tienes que dar tú. Todo el mundo posee dones que se pueden compartir, independientemente de si les han tratado de forma justa o no en la vida.

13. Esperar resultados inmediatos

Estaría genial tener todo al alcance de la mano y que bastara con pulsar un botón. Estamos tan acostumbrados al mundo de no hacer cola y no esperar que nuestros cerebros empiezan a creer que todo tiene que ocurrir de forma instantánea. Pero el crecimiento de uno mismo se produce más bien al ritmo de un caracol, no a la velocidad de la luz. Independientemente de si intentas adelgazar o mostrarte más atento, ten en cuenta que no llega más lejos quien más corre. Si sólo esperas resultados inmediatos, te llevarás más de una decepción. Las personas mentalmente fuertes saben que el verdadero cambio requiere tiempo y están dispuestos a esforzarse al máximo por ver los resultados.

La buena noticia es que todo el mundo tiene la capacidad de fortalecer su mente. Pero, para hacerlo, tienes que ser consciente de ti mismo, de los pensamientos, conductas y sentimientos autodestructivos que te impiden aprovechar todo tu potencial. Si observas zonas que necesitan mejorar, realiza ejercicios mentales para crear hábitos sanos y fortalecer el músculo de la mente.


Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de The Huffington Post y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano.

Sunday, January 11, 2015

¡Sigamos soñando!

Muchos (as) de nosotros nos hemos preguntado: ¿Porque Dios no dejó instrucciones más especificas para cada aspecto de nuestras vidas? 

Si lo meditamos un poquito más nos podemos dar cuenta que si así fuese, nuestra capacidad de soñar se vería muy limitada. 

¡Soñar nos permite acceder a un universo de infinitas posibilidades para nuestro futuro! 

¡Sigamos soñando!¡Sigamos construyendo!


Dario Morales



¿Sabía que Usted es el conductor de su vida?

¿Sabía que Usted es el conductor de su vida? 

Como buen conductor me permito consultarle lo siguiente: ¿Practica la seguridad preventiva y se revisa a si mismo antes de salir a la calle para no causar accidentes?

Si no sabe cómo hacerlo, le recomiendo empezar con la siguiente pregunta: ¿Qué pasa dentro de mí en este mismo momento?


Dario Morales


Huella espiritual y Huella ecológica

Si un día un compañero de trabajo llegara fumando y tirando basura en el área donde se labora en común, es muy probable que todos los demás alcen la voz y lo detengan de inmediato.

Ahora bien, si un día un compañero llega de mal humor, rebosando de asuntos internos sin resolver, maldiciendo o con cualquier otra actitud negativa, o sea “contaminando” el ambiente espiritual del lugar y “ensuciando” la psique humana; es común pensar que ese asunto es solo de esa persona, y que no es correcto tomar acción de nuestra parte.

 Porque la gente NO puede ser irresponsable con su huella ecológica, sin embargo SI puede ser irresponsable con su “huella espiritual”… ¿Correcto?


Darío Morales


¡Porque yo lo elijo!

Agente Smith: ¿Por qué, Sr. Anderson? ¿Por qué lo hace? ¿Por qué se levanta? ¿Por qué sigue luchando? ¿Cree usted que está luchando por algo? ¿Por algo más que su supervivencia? ¿Puede decirme qué es? ¿Acaso lo sabe? ¿Es libertad? ¿Busca la verdad? ¿Quizás paz? ¿Sí? ¿No? ¿Podría ser por amor? Son ilusiones, Sr. Anderson. Caprichos de su percepción. Construcciones temporales de un intelecto humano débil que intenta desesperadamente justificar una existencia que está sin significado y propósito. Y todos son tan artificiales como la matriz misma, aunque solamente una mente humana podría inventar algo tan insípido como el amor. Usted debe poder verlo, Sr. Anderson. Usted debe saberlo ahora. Usted no puede ganar. Es insustancial seguir luchando. ¿Por qué, Sr. Anderson? ¿Por qué? ¿Por qué persiste usted?

Neo: Porque lo elijo.


¡Gracias!

Dar gracias a Dios y al Universo cuando la vida parece darte la espalda, pareciera algo muy difícil de realizar, sin embargo es la única y más acertada acción que se pueda llevar a cabo. La gratitud es una frecuencia. Es la frecuencia correcta. Cuando nos quejamos, nos enojamos, entristecemos o sufrimos en general esa frecuencia suele cambiar.

 Volver a la frecuencia correcta no siempre resulta fácil pues las problemas pueden ser muy graves y las situaciones muy diversas y complejas; sin embargo se puede con disciplina diaria, con constancia y dedicación. Debemos volvernos vigilantes de nuestra frecuencia interna y estar siempre atentos a dar gracias en todo momento.


 Siempre habrá motivos para dar gracias al universo por más pequeños e insignificantes que parezcan. Al dar gracias volvemos a sintonizarnos y a vibrar en la frecuencia correcta, para que nuestros sentimientos cambien y las cosas buenas empiecen a manifestarse nuevamente.

¡Gracias! 

Dario Morales


¿Qué tan manipulable eres?

Durante toda tu vida siempre habrá gente controlando o intentando controlar tu vida. Las religiones, tu propia pareja, tu familia, partidos políticos, amistades o enemigos, asociaciones de cualquier tipo; siempre hay gente queriendo manipularte.

Y es probable que seas presa fácil, pues como es natural, tienes tendencia a crear una identidad, y esta está fundamentada en tu sueño personal de realización, en lo que quieres de la vida; y esta realización forzosamente tiene que materializarse: eres no sólo lo que sueñas y deseas, sino que además eres lo que tienes.

Cualquiera que entienda esto y te estudie un poco, entenderá que sueñas, que deseas y que tienes y podrá manipularte en alguna forma. Es por esto que en diferentes culturas alrededor del mundo se predica sobre el desprendimiento y por ende en lo inútil del orgullo que infla y da vida a la identidad de las personas. No hablo de ser pobre o regalar tus bienes como predican algunos manipuladores. 

Puedes ser multimillonario y aún así practicar el desprendimiento. 

¿Te has preguntado qué tan manipulable eres?


Dario Morales